Pulperías, Bares y Cafés de Barracas por Mabel Crego

A fines del siglo XlX y principios del siglo XX en el barrio de Barracas existían numerosos cafés y pulperías, donde se reunían payadores y gauchos a tomarse unas ginebras y a pasar el tiempo entre amigos y canciones.
 
Estos bares y cafés estaban situados en los lindes del barrio. Al atardecer y por la noche, estos negocios se colmaban de parroquianos, dispuestos a prenderse en una partida de truco o a charlar y curiosear un rato, saboreando de paso una ginebra o una cañita.
 
Se recuerda por esa época, la “Pulpería del Puentecito”, ubicada al final de la calle Larga, junto al Riachuelo, que era frecuentada por Esteban Echeverría. Durante muchos años, sobre la calle Larga, se corrían las carreras más famosas de la época, que comenzaban en la pulpería “La Banderita” y finalizaban en otra pulpería la “Tres Esquinas” que fue, durante mucho tiempo, punto de reunión de los hombres gauchos de Barracas y de la Boca que conducían ganado a los Corrales del Sud.

Fue en “La Banderita”, que Ángel Gregorio Villoldo, abandonó el chiripá por el pantalón a la francesa en el año 1880.  La Banderita y Tres Esquinas son símbolos de Barracas.                           

Generalmente en estos bares y cafés, tan particulares, solían concertarse “contrapuntos” entre payadores, algunos llegados de otros barrios, también del interior del país y aún del Uruguay; muchas de estas payadas alcanzaron notoriedad y tuvieron por escenario diversos locales como “La glorieta” ubicado en Montes de Oca y Caseros, en otro típico  bar de Caseros y Hornos, el café “El pensamiento” de Santiago Aquerreta, ubicado en  la esquina de Vieytes y Olavarría, conocido también como «el Palomar», porque en los fondos se levantaba una especie de torre que albergaba a centenares de palomas.

Pero hay dos de ellos, que merecen una  especial mención por la jerarquía que alcanzaron allí, las payadas.

 
El primero sin duda es el Bar “la Luna”, que estaba situado en Uspallata y Montes de Oca. Sus parroquianos se auto-llamaban “Los habitantes de la luna”.

Florencio MendozaDurante las horas del día este lugar se convertía en una famosa parada de cuarteadores que hacían su trabajo en la barranca, tanto por Montes de Oca como por Hornos o Tacuarí. Se destacaba Florencio Mendoza, como el cuarteador más avezado y experto.  Todos los cuarteadores se sentaban a la sombra de los paraísos de la vereda, frente al bar, para escuchar embelezados, las hazañas que el patriarca Mendoza, relataba entre mate y mate.
Por la noche el local era propicio para los encuentros entre los payadores que habían logrado mas fama en la ciudad, como lo fueron los morenos Gabino Ezeiza e Higinio Cazón, Luís García Morel,  Pablo J. Vázquez, Ramón Vieytes,  Federico Curlando, José Betinotti, Nemesio Trejo, José M. Silva, Cesar Hidalgo, Nicodemo Galíndez, Ambroso Río, Severo García y muchos otros también sumamente populares, que seria muy largo enumerar.
No era extraño que estuvieran  presentes como espectadores, figuras muy importantes del quehacer nacional, entre ellos los doctores Joaquín V. González, José Ingenieros, Mario Bravo y David Peña entre otros.  También el poeta Rubén Darío cuando viajaba a Buenos Aires, se reunía con ellos en estos lugares.
 Gabino Ezeiza
El bar “La luna” resistió hasta 1961, conservando su fachada exterior tal cual era en el siglo pasado, no así el interior, que fue remodelado. Pero lamentablemente fue destruido, para construir un edificio de departamentos.
 
Otro café muy popular fue “La Pelada” ubicado en Av. Patricios 584 y 588 era  propiedad de los hermanos Moresco. Por allí pasaron los mas grandes contrapuntistas de la época, muchas de sus improvisaciones quedaron registradas taquigráficamente. Así es como hoy sabemos, del encuentro entre Federico Curlando, contra la pareja formada por Ramón Vieytes y Nicodemo Galíndez, que duro tres largas noches consecutivas, sin que hubiese vencedor ni vencido.
Uno de los dueños de “la Pelada” Santiago Moresco fue un popular deportista de la lucha Greco-romana. Detrás de las mesas de billar, en los fondos del café funcionaba el “Club Atenas del Plata” donde Moresco enseñaba los secretos del deporte. Este lugar tenía capacidad para más de doscientas personas y allí, se solían realizar las más importantes payadas de la época.
 
El café “El León” ubicado en la esquina de Montes de Oca y Australia (hoy Quinquela Martín), lucía como pianista al barraquense Agustin Bardi. Allí estuvieron muchos de los conjuntos orquestales, como Dalmiro Pereyra con Alfonso La cueva, en el piano.

La Flor de Barracas, en Arcamendia y Suárez; El Sultán, de Iriarte y Montes de Oca, y La Armonía de Iriarte y Herrera, son sólo algunos de ellos.

«El Progreso» es uno de los pocos cafés notables, que aun siguen enhiestos resistiendo, los años y vida moderna. Esta ubicado en Montes de Oca esquina California, es un edificio de planta baja y un piso alto, construido en 1911, por los prestigiosos arquitectos Emilio Hugue y Vicente Colmegna. Su generoso espacio dispone cómodamente, las mesas y sillas Tonet. La boiserie, y la mampara de madera dan intimidad al salón familiar, con tres pequeños pilares, coronados con plantas, que separan cuatro vidrios martelinados, con ornamentos art-decó esmerilados, son dos de las características más destacadas del café.

foto que consegui en el archivo Enrique Puccia

La barra es un mostrador de madera, que incluye una heladera, que exhibe la variedad de fiambres de la casa, tiene un grifo con forma de cisne. Sobre la pared, detrás del mostrador, hay botellas de Tres Plumas, Terry, Boussacq, Rhum Negrita, Hesperidina, anís 8 Hermanos, whisky Criadores y ginebra Bols que se alinean delante del espejo, en estantes de vidrio y de madera.

Gregorio Traub, vecino y fotógrafo barraquense, con una memoria privilegiada, nos cuenta que el café El Progreso, es el lugar más apropiado para hablar sobre las historias y las leyendas de este romántico barrio de Barracas.

Historias curiosas de un tiempo que ya se fue, pero que vistió de gala, a nuestro querido Barrio.

Mabel  Alicia  Crego – Maestra   Secretaria email
Docente JIC 4 d.e. 6º

 

FUENTES BIBLIOGRAFICAS

  • “Los cafés de Barracas” de Enrique Puccia
  • “Barracas su historia y Tradición” de Enrique Puccia
  • «Cafés de Buenos Aires» de Arq. José María Peña; Arq. Horacio J. Spinetto; Gabriel Sánchez Sorondo. 

Imágenes

  • La última imagen fue obtenida en el archivo Enrique Puccia
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